Ir al Wacken Open Air en Alemania es un sueño para cualquier seguidor del metal. Si bien este comenzó siendo un pequeño festival para bandas amigas en 1990, con los años se fue haciendo cada vez más grande hasta convertirse en el festival más importante del género a nivel mundial, con los principales nombres de la escena presentándose en vivo, además de las distintas actividades que componen el evento anualmente.
Con entradas totalmente agotadas desde el año pasado, esta edición a llevarse a cabo entre el 31 de Julio y el 3 de Agosto, incluía además un acontecimiento histórico para nuestro país, ya que por primera vez una banda uruguaya estaría presentándose en vivo allí, siendo también el único exponente representante de todo el continente sudamericano.
Para ir con tiempo y poder encontrar un buen lugar para acampar, la idea fue ir un día antes del comienzo del festival. Así fue que el 30 de Julio llegué al aeropuerto de la ciudad de Hamburgo, y allí me encontré con Carlos «Closmu» Mussetti (organizador del concurso Wacken Metal Battle Uruguay), Guillermo Cardozo (fotógrafo y conductor del programa de radio La Jaula) y los cuatro integrantes de la banda uruguaya de crossover Rotten State (Marcos Motosierra en voz, Kolito Rossotti en guitarra, Raúl Santos en bajo y Federico «Topito» Figueroa en batería)
De allí partimos todos juntos hacia el norte de Alemania, al pequeño pueblo de Wacken, donde se realiza este enorme festival, tras haber mantenido una conversación en el aeropuerto con los integrantes de las bandas Trallery de España y Devoid de India, quienes también tocarían por primera vez en el festival al haber ganado el concurso Wacken Metal Battle en sus respectivos países.
Al llegar al pueblo nos encontramos con varios pasacalles con las leyendas «Welcome Metalheads» («Bienvenidos Metaleros») y «Welcome To Heavy Metal Town» («Bienvenidos al pueblo del Heavy Metal»). Uno podía ver que todo en ese pueblo tenía que ver con el metal, todos los negocios tenían carteles aludiendo al festival, y varias casas de familia en los alrededores tenían banderas del mismo. Realmente impresionante.
Luego de recibir las acreditaciones correspondientes, nos dirigimos al área de camping VIP para disponernos a armar las carpas, mientras algunas gotas de lluvia comenzaban a caer en los campos de Wacken. Allí fuimos abordados por un equipo de filmación del festival, quienes iniciaban su trabajo en el rodaje del documental «Wacken 3D – Louder Than Hell», a estrenarse en 3D a nivel mundial en 2014. La banda de Uruguay, junto a las bandas de Rumania y de China, fueron seleccionadas para participar de este documental! Por esta razón, los integrantes de Rotten State fueron filmados en distintas ocasiones desde su llegada al festival hasta su partida, incluyendo su presentación en vivo.
Durante esta jornada, el público comenzaba a llegar para armar sus carpas con tiempo y comenzar a generar un clima de fiesta, que es lo que caracterizaría a los siguientes cuatro días.
Al otro día, primero del festival, afortunadamente el clima mejoró y estuvo soleado y caluroso durante toda la jornada. El predio donde se encontraban los escenarios más grandes permanecía cerrado, ya que las bandas que tocarían ese día lo harían en los escenarios Beer Garden y Wackinger que se encontraban en la sección medieval, donde se podía encontrar además merchandising, puestos de comida y diferentes actividades relacionadas a la temática, y los escenarios W.E.T. y Headbangers, donde una gran parte de las bandas participantes del concurso Metal Battle tocarían en vivo desde el mediodía hasta pasada la medianoche, en busca del gran premio que era un contrato con el enorme sello discográfico Nuclear Blast. Cada una de las bandas había ganado previamente el concurso en sus respectivos países a través de la elección de un jurado, y lo mismo sucedería en esta edición internacional.
Con una multitud concentrada en estos escenarios, quienes abrieron el Metal Battle fueron los thrashers Chronosphere de Grecia en el W.E.T. Stage. Un presentador se encargaba de anunciar el estilo y el país de cada banda del concurso, y la siguiente fue Bull-Riff Stampede, los ganadores de Inglaterra, quienes también hacen thrash metal con influencias de Exodus, Slayer, entre otras, sonando de manera impecable tal como es la característica de festivales como este. El cuarteto tiene un disco editado, «Scatter The Ground» (2012), del cual presentaron temas durante su performance en el Headbangers Stage frente a una buena respuesta de la audiencia.
Luego llegó el turno de los jóvenes alemanes J.T. Ripper, que jugaron de locales en el concurso, con un estilo muy old school en la línea de Venom, provocando que un sector hiciera pogo, mientras una movilera y un camarógrafo del canal alemán NDR hacían un reporte entre la multitud.
Una hora después, tras una exhibición de boxeo en un ring que se encontraba entre medio de los dos escenarios, la «batalla» continuó con SIC, desde las Islas Feroe, y An Apple A Day de Luxemburgo, siendo esta última una recomendable banda de deathcore que en el 2012 lanzó su EP «Fall Of Thera».
Los ganadores de Sudáfrica, Infanteria, fueron los siguientes, desplegando una buena dosis de thrash metal con la particularidad de tener un tecladista en su formación, el cual por momentos no parecía encajar en el grupo. Más allá de este detalle, hicieron un muy buen papel presentando temas de su primer y único disco hasta la fecha, «Isolated Existence» (2013), dejando un buen sabor entre los presentes.
Cinco minutos más tarde, tuvo lugar una de las más interesantes propuestas del concurso en mi opinión, los chinos Nine Treasures, quienes se formaron en 2010 y practican un folk metal con letras cantadas en el idioma mongol, utilizando instrumentos tradicionales del país asiático. El equipo de filmación se encargó de registrar toda su presentación, la cual fue una de las más originales y aclamadas por el público en esta primera jornada.
A continuación la banda de metalcore italiana Backjumper mostró todo su potencial, con una buena puesta en escena, incluyendo a los músicos recorriendo todo el escenario, pero más allá de la energía desplegada, no lograron conectar del todo con el público. Los death metaleros irlandeses Overoth tuvieron más apoyo con su crudo y agresivo sonido vieja escuela influenciado por legendarios como Dismember o Morbid Angel. Si bien claramente no es algo que no se haya hecho antes, pudieron hacer mover más a algunos sectores de la audiencia. Lo contrario sucedió con los representantes de Latvia, Asthma, quienes hacían un thrash bastante áspero y desprolijo, con un vocalista vestido de militar hablando de actrices porno en varias ocasiones, y exhibiendo una muñeca inflable con la que fingía tener sexo durante uno de los temas, siendo esta lanzada al público luego.
Posteriormente, en el Headbangers Stage le llegó el turno a Vengha, la banda ganadora de Suecia, quienes no practicaban un estilo popular en la escena de su país como el death melódico, el doom tradicional, el hard rock o la movida glam actual, sino que lo de ellos iba más por el lado del groove, con intensos riffs y un vocalista que descargaba pura agresividad interpretando las letras.
Mientras los suecos finalizaban su performance, el equipo de filmación del Wacken se encontraba en el W.E.T. Stage preparándose para registrar el show de Rotten State, la primera banda uruguaya en presentarse en vivo en un festival de esta categoría.
Cuando aún estaba el telón bajo sobre el escenario, los cuatro integrantes de Rotten State hacían una corta prueba de sonido, mientras el público en su mayoría alemán, aunque había gente de todas las nacionalidades, gritaba frases como «Old School!» o el propio nombre de la banda, lo que quería decir que ya los habían escuchado probablemente en la página web del festival donde estaban listadas todas las bandas participantes junto a su música. Pero aún así, no dejaba de sorprender el hecho, ya que obviamente no es algo que vemos todos los días. Sin dudas estábamos a punto de vivir un momento absolutamente inédito para la historia del metal uruguayo!
Cuando el telón finalmente se subió, el presentador anunció que se venía una banda para los fans de la vieja escuela del thrash y que venían de Uruguay, y enseguida Rotten State apareció en escena empezando con la pegadiza «Full Speed Violence», primer track de su último disco «Sick World» (2013), con el cual generalmente abren sus shows. El público mostraba su gusto por la banda e incluso varios cantaban el estribillo de este tema. Era algo único ver como una audiencia tan distinta a lo que las bandas uruguayas están acostumbradas, respondían de tal manera, realmente increíble. Por su lado, la banda lejos de cohibirse por ser el show más importante y más grande de su corta carrera, se mostraron enchufadísimos desplegando energía por doquier. Los temas pasaron uno tras otro durante los veinte minutos de actuación, siendo algunos de ellos «Skate Or Die», «Reap What You Sow», «Bad Salt Trip», «Street Graveyard», y los ya clásicos de su repertorio: «War» y «Nice To Kill You», con Marcos Motosierra dirigiéndose al público en algunas ocasiones, incluso llegando a bajar del escenario para saludar a quienes estaban en primera fila.
Más allá del detalle de que a Kolito Rossotti se le desconectó su guitarra por unos segundos, todo salió fenomenal al punto de que varios terminaron coreando el nombre del grupo, y luego durante el resto del festival, los miembros de la banda eran ocasionalmente reconocidos y felicitados. Definitivamente un hecho sin precedentes.
Algo muy curioso que sucedió durante su show, es que una persona de la audiencia de repente sacó una bandera de Peñarol (!!?), por lo que no dudé en hablarle, y me contó que era un uruguayo que vive en España y que generalmente asiste a estos festivales en el verano europeo.
Así como este año Rotten State tuvo esta oportunidad, en lo personal espero que muchas más bandas uruguayas puedan vivir esta experiencia de participar del Metal Battle y darse a conocer ante miles de personas de todas partes del mundo. Esto ha sido el puntapié inicial, el público internacional conoció una banda uruguaya del género, la cual además va a estar incluída en el documental del festival más importante del mundo. A este suceso hay que darle la importancia que realmente se merece, ya que puede provocar el interés en la escena local, y abrir puertas para varias bandas en el futuro, por lo que es momento de dejar atrás las discusiones sin sentido y envidias de escena chica, y dar todas las bandas lo mejor de sí para alcanzar un nivel internacional, y que todo ese esfuerzo que realizan día a día sea traducido en nuevas y mejores oportunidades.
Tras la exitosa presentación de Rotten State en el W.E.T. Stage, la banda Crimson Shadows brindó su show en el Headbangers Stage. Estos resultarían ser finalmente los ganadores entre los treinta grupos participantes del concurso, luego de la elección del jurado compuesto por un representante de cada país participante y parte del staff del sello discográfico más importante de metal, Nuclear Blast, con quienes firmarán contrato para editar un álbum. Además de semejante premio, los canadienses también se llevaron obsequios de Marshall, la famosa marca de amplificadores.
Continuando con los que fueron parte del Metal Battle en la primer jornada, otros que se destacaron fueron el quinteto Ophidian I desde Islandia, quienes cuentan con un disco lanzado en 2012, «Solvet Saectum», logrando hacer vibrar a todo el predio mediante su death metal técnico perfectamente ejecutado. Midnight Scream de Eslovaquia, formados en el año 2000, y con cuatro discos en su haber, entretuvieron con su propuesta que combina power con elementos del thrash, mientras el trío Trallery, proveniente de Palma de Mallorca, España, mostró el poderoso thrash metal de su álbum debut «Catalepsy» (Xtreem Music, 2013), siendo muy bien recibidos por la audiencia.
Devoid desde Mumbai, India, dieron una muy buena actuación presentando el material de sus dos trabajos, «A God’s Lie» (2010) y el EP «The Invasion» (2013), a puro death/thrash metal, y a continuación los portugueses Utopium llevaron las cosas a un nivel más extremo con su demoledor death/grind, claramente influenciado por Nasum, Rotten Sound y los legendarios Terrorizer y Repulsion.
En lo que tiene que ver con la puesta en escena y el aspecto más visual en general, no cabe ninguna duda que la banda que más impactó en toda la jornada fueron los rumanos GOD. Con sus rostros pintados y vistiendo atuendos de la era medieval, dieron rienda suelta a sus composiciones de folk metal, mientras en varios puntos del escenario yacían escudos vikingos y fuego. Su show también fue filmado para el documental del Wacken Open Air mencionado anteriormente.
Ya sobre las 23:00 hs, la agrupación francesa de metalcore Karma Zero con su vestuario formal característico, hizo su aparición en el W.E.T. Stage con una importante base de fans apoyándolos. Su primer disco se llama «Architecture Of A Lie», editado durante 2012, y en este mismo trabajo basaron la lista de temas escogida para esta presentación, en la que destacaron por el buen contacto con el público.
Algunas de estas jóvenes bandas que fueron parte del concurso realmente demostraron tener las cualidades necesarias como para que este gran paso dado no quede en la nada, y puedan tener más oportunidades a futuro. Veremos qué les depara el mismo.
Para finalizar la fecha llegó Rainer Limpinsel, más conocido en su país por su nombre artístico, Mambo Kurt, un comediante alemán que se destaca por salir a escena con un órgano, para hacer clásicos de rock y metal en versiones minimalistas de bossa nova, samba o polka. Esa noche hizo «Mother» de Danzig, «Engel» de Rammstein, «Paradise City» de Guns N’ Roses, «Killing In The Name» de Rage Against The Machine, entre otras, mientras la gente bailaba, hacía trencito y deliraba con su música.
Al término de la primer jornada del festival, ya se habían podido observar varias características del mismo. En primer lugar, entre los más de 75.000 asistentes de todas las nacionalidades se podía ver desde niños hasta ancianos, y un montón de personajes, incluyendo gente disfrazada de banana, de cirujano, de vikingo, de Blanca Nieves y más, todos conviviendo en un ambiente de fiesta, lo cual demuestra que las entradas se agotan un año antes de cada edición por esta misma razón, ya que se venden sin tener aún la lista completa de bandas que tocarán. Además del área medieval descripta anteriormente, hay otras actividades que permiten que el festival sea mucho más variado que solo ver bandas. Entre estas se encuentran partidas de poker, karaoke, campeonatos de fútbol, strip shows, exhibiciones vikingas y una gran cantidad de puestos de merchandising, incluyendo uno del sello Nuclear Blast, otro exclusivamente de Rammstein incluido este año, otro de la revista Metal Hammer, y además un enorme Metal Market que si uno quisiera ver absolutamente todo lo que está en venta, no podría ver prácticamente ninguna banda. Realmente se puede encontrar una incontable cantidad de CD’s, DVD’s, vinilos, remeras, buzos, y muchas rarezas y ediciones especiales, con todo tipo de precios dependiendo del producto y el puesto, habiendo unas cuantas ofertas especiales.
El amanecer del segundo día de actividad en el Wacken fue muy soleado, y afortunadamente así se mantuvo toda la jornada, lo que ya marcaba una diferencia con el pasado año, donde según cuentan quienes allí estuvieron, la lluvia fue abundante y el barro incluso mucho mayor que el que se formó en el presente año con las lloviznas del día que llegamos al campo.
Luego de una recorrida por el pequeño pueblo de Wacken, cuyas calles estaban repletas de gente gracias al festival, llegó el momento de presenciar shows en los escenarios más grandes: el True Metal Stage y el Wacken Black Stage. Este último se inauguró en la tarde con la presencia de Skyline, la vieja banda de Thomas Jensen, organizador del WOA, quienes como todos los años hicieron un set con covers de himnos del heavy como «Strong Arm Of The Law» de Saxon, «Still Of The Night» de Whitesnake, «Paranoid» de Black Sabbath, «Bark At The Moon» de Ozzy, «TNT» de AC/DC, entre otros.
Apenas quince minutos después de culminado el show de Skyline, los thrashers canadienses Annihilator regresaron a Wacken después de varios años, presentando su último disco «Feast», que sería lanzado aproximadamente veinte días después de esa fecha. Bien sabido es que la formación de Annihilator ha sido muy inestable a lo largo de su carrera, y que el liderazgo lo lleva su guitarrista Jeff Waters, lo cual se nota en vivo también, aunque el guitarrista rítmico y vocalista Dave Padden ya cumplió diez años en la agrupación, y hace realmente bien su trabajo. Como siempre sucede en los festivales, los set de las bandas generalmente son más cortos que un concierto propio debido a un tema de tiempos, y es por esta razón que los canadienses tocaron solo nueve temas, pero fueron suficientes para dejar satisfecho al público. Entre ellos estuvieron el estreno de dos temas nuevos: «Smear Campaign» y «No Way Out», y los clásicos de siempre como la veloz «King of The Kill», «Set The World On Fire», «W.T.Y.D.», «The Fun Palace» y el final con la genial «Alison Hell», que era la más esperada, y por lo tanto, la que mejor respuesta obtuvo por parte de los presentes.
Más tarde fue el turno de los legendarios Deep Purple, una de las mejores bandas de hard rock que ha dado la historia, además de haber sido seminal para el desarrollo del heavy metal. Con el dolor aún latente por el fallecimiento en el pasado año del ex tecladista Jon Lord, pieza fundamental en el grupo durante su desarrollo en los primeros ocho años de existencia, los británicos dieron un gran show como era de esperarse. El mismo comenzó con un himno de todos los tiempos, «Highway Star», y aquí notamos que el sexagenario Ian Gillan lógicamente ya no logra llegar a las notas más altas como hacía en la década de los ’70, pero aún así y más allá del paso del tiempo, el vocalista todavía tiene energía para aguantar todo un show completo sin mayores problemas. La banda aprovechó para presentar algunos temas de su disco recientemente editado «Now What!?», el primero en ocho años, destacándose «Hell To Pay» y «Vincent Price», este último con un riff más pesado que lo que nos tiene acostumbrados Purple, demostrando que aún tienen muy buen material nuevo para ofrecer. Por supuesto como acostumbran a hacer en sus shows, hubo lugar para que el tecladista Don Airey y el guitarrista Steve Morse se lucieran con solos de sus respectivos instrumentos, siendo muy ovacionados. Lo de Morse fue un medley de riffs y solos de clásicos de todos los tiempos, muy similar a lo que hizo en aquel Noviembre de 2006 en el Velódromo Municipal, cuando llegaron por primera y única vez a nuestro país.
Claro está que no faltaron los himnos de la banda que son los más esperados tanto por los seguidores de toda la vida como aquellos que los ven por primera vez, y así pasaron «Strange Kind Of Woman», «Lazy», «Perfect Strangers», «Space Truckin'», su famosa versión de «Hush» y «Smoke On The Water», en donde se unió en calidad de invitado el genial Uli Jon Roth (ex Scorpions), quien ha influenciado a miles de guitarristas, incluyendo a Marty Friedman, Michael Romeo, Michael Amott, Chris Impelliteri, Gus G, entre otros grandes de nuestros días.
El final del show llegó con otro temazo de Purple, «Black Night», justamente cuando ya había oscurecido, y enseguida recordé que cuando tocaron este tema en Montevideo, todos comenzaron a corear al ritmo del riff a lo hincha de fútbol por hacer una comparación, sin embargo en Wacken no existió un coro de ese estilo, sino que observaban el show en silencio atentamente, excepto algunos que hacían crowd surfing o se movían sobre sus lugares, por lo que pude notar más claramente cómo reacciona la audiencia ante un mismo tema en distintos puntos del mundo.
Mientras el público se trasladaba del Black Stage al True Metal Stage, el cual se iba a estrenar con la presentación de Rammstein en minutos, en la pantalla gigante ubicada en medio de los dos escenarios, se exhibió un trailer en 3D de lo que será el documental del WOA, por lo que todos se pusieron los lentes 3D que les habían sido entregados anteriormente.
Si bien había otras actividades para hacer al mismo tiempo, la mayor parte del público se concentró en el True Metal Stage para ser testigos de uno de los mejores shows a nivel visual que iba a tener esta edición del Wacken, con la presencia de Rammstein, quienes eran locales en esta oportunidad.
Cuando el escenario tapizado como si fuera un panel de abejas estaba listo, comenzaron las primeras notas de «Ich Tu Dir Weh», y al ritmo de estas aparecieron las primeras llamas y fuegos artificiales, y enseguida la banda se vio en escena, para el delirio total de los fans. El sonido era sencillamente excepcional, contundente, pero lejos de saturar, y lo suficientemente claro como para distinguir los instrumentos y la voz, así como a uno le gustaría que fuera siempre en cualquier show.
No había manera de aburrirse viendo el concierto de estos alemanes, son maestros del entretenimiento, y si además le agregamos que tocaron temazos como «Wollt ihr das Bett in Flammen sehen?» de su primer disco «Herzeleid», «Keine Lust», «Sehnsucht», «Asche Zu Asche», «Feuer Frei!», «Mein Teil» (con el vocalista Till Lindemann disfrazado de carnicero caníbal) y la balada «Ohne Dich», uno atrás del otro, está todo dicho. El juego de luces y la pirotecnia tienen tanto protagonismo como la banda misma, quienes además entretienen por sí mismos. De esta manera podemos ver al tecladista Christian «Flake» Lorenz sobre un caminador gran parte del tiempo, y también lo vemos durante «Bück Dich» fingiendo ser penetrado por Lindemann, quien con un falso pene comienza a lanzar una enorme cantidad de espuma simulando ser esperma.
Más himnos sonaron durante esa noche: «Du Riechst So Gut», «Benzin», «Links 2-3-4», «Du Hast» e «Ich Will», con la que se retiraron por primera vez del escenario para luego volver con una versión en piano de «Mein Herz Brennt», que todos los locales cantaron en su idioma natal; «Sonne», junto al popular cantante alemán Heino como invitado, lo cual resultó ser algo positivamente bizarro, y el final llegó con «Pussy», en donde el vocalista apareció con un consolador gigante en escena, y arrojó espuma y luego papel picado hacia la multitud. La misma se vio indudablemente mucho más eufórica durante este show que cualquiera de los anteriores, por lo que siendo este el último de la jornada, queda claro que terminó en un punto altísimo, y esto recién comenzaba, ya que el siguiente día prometía una gran cantidad de bandas interesantes para ver.
La actividad para el viernes 2 de Agosto, penúltimo día del festival, comenzó más temprano. A las once de la mañana, la banda de metalcore alemana Neaera se adueñó del Black Stage para realizar un show demoledor, el cual estuvo lleno de gente haciendo circle pits y crowd surfing, incluyendo al propio vocalista Benjamin Hilleke lanzándose desde el escenario para meterse entre la multitud en dos oportunidades. «Ours Is The Storm», «Through Treacherous Flames» y «Let The Tempest Come», fueron algunos de los mejores momentos de la presentación de estos alemanes de una hora de duración.
Con algo menos de público que en Neaera, en el True Metal Stage se presentaba la banda gothic Tristania, quienes meses atrás editaron su más reciente trabajo «Darkest White», segundo junto a la vocalista Mariangela Demurtas, quien ingresó tras la salida de su histórica y recordada gran cantante Vibeke Stene. Con seis músicos en escena, decidieron hacer un setlist centrado en sus dos últimas producciones, tocando apenas tres temas de sus discos más antiguos, y ningún clásico, contrariamente a lo que la mayoría de las bandas hacen en los festivales. El comienzo fue con «Number», muy buen tema del último disco, donde la participación en vocales fue exclusiva del guitarrista Anders Høyvik Hidle con el apoyo del bajista Ole Vistnes, el que más metido estaba en el show desplegando gran energía. Ya para la siguiente, «Beyond The Veil», tuvieron más participación los vocalistas Kjetil Nordhus (voz masculina limpia) y la mencionada Demurtas, quienes junto a Hidle, alternaban sus voces, lo cual se mantuvo durante el resto de la presentación.
Minutos más tarde me dirigí hacia el Headbangers Stage donde tocaba la banda alemana Nachtblut, a quienes entrevistaría más tarde. Lo primero que me sorprendió fue la cantidad de fans acérrimos que tiene esta agrupación, totalmente desconocida por estos lares, y luego el gancho que tienen sus temas, más allá de que sus letras son todas en su lengua natal. Musicalmente se mueven en el terreno del black metal melódico, a nivel vocal podrían ser comparados con el más viejo Cradle of Filth o Dimmu Borgir, pero musicalmente suenan diferente a estos, en algunos momentos pueden ser incluso más melódicos y además incluyen elementos electrónicos e industriales, lo que hace a la propuesta mucho más original. Tienen todo para dar el gran salto y alcanzar una mayor base de fans, no solo dentro de su país, sino internacionalmente. El tiempo lo dirá.
Era tiempo de almorzar y recorrer el predio un rato más, ya que es tan grande y hay tantas actividades al mismo tiempo que siempre queda algo nuevo por ver. Además compartimos tiempo con los españoles Trallery, los costarricenses Rotten Souls y hasta se acercó a conversar un integrante de Kryptos, una de las bandas más grandes de India. Esa es otra característica genial de estos festivales, es absolutamente multi-cultural, y todos están reunidos ahí por una misma pasión, para pasar un buen rato, olvidándose de la rutina diaria, y sin importar qué tipo de creencias tenga cada uno. También en esa tarde muy calurosa, realizamos una entrevista en conjunto con Guillermo de La Jaula, a Dirk Verbeuren (baterista de Soilwork), en la carpa de prensa de Nuclear Blast. Allí también le entregué un disco compilado de bandas uruguayas a uno de los integrantes del staff del sello discográfico.
Pasado esto era tiempo de ir hacia el W.E.T. Stage, donde Henry Rollins (ex vocalista de Black Flag y Rollins Band) hacía un Spoken Word, algo que viene haciendo desde hace tiempo. Este no es un show musical, si no él mismo hablando al público, pasando de temas serios a anécdotas muy graciosas. Lamentablemente solo pude ver los últimos veinte minutos de su discurso, pero dijo varios conceptos interesantes sobre lo importante que es la música en nuestras vidas, más allá de los problemas que podamos tener, y explicó de una manera muy graciosa que era imposible superar al maestro Iggy Pop.
Un rato después en el Black Stage, era momento de ver a la legendaria banda de hardcore Agnostic Front, quienes habían llegado a Wacken sobre la hora, debido a retrasos con el vuelo. Más allá de que el público no era el típico de la escena hardcore, eso no importó en absoluto, todos se engancharon e hicieron circle pits desde el primer minuto, gracias a temazos como «Addiction», la punk rockera «My Life My Way» de su último disco del mismo nombre, «For My Family», la rapidísima «Friend Or Foe», «All Is Not Forgotten», «Peace» y el cover de Iron Cross, «Crucified». Aunque el punto más alto llegó con el clásico y pegadizo «Gotta Go», que fue cantado hasta por uno de los security!
Como era de esperarse, los Agnostic dieron un show lleno de actitud, buscando continuamente la conexión con la multitud, con el bajista Mike Gallo, los guitarristas Joseph James y el histórico Stigma, y el vocalista Roger Miret arengando al público a moverse y saltar. Gran labor también del baterista Pokey Mo, quien está en la banda desde 2009, realmente muy bueno.
También en el set estuvo uno de los mejores temas que AF grabó en español, «A Mi Manera», el cual lógicamente solo era cantado en la audiencia por aquellos que sabíamos español, y para el cierre se despidieron con una versión del himno de los Ramones, «Blitzkrieg Bop».
Más tarde era el turno de presenciar una de las bandas más importantes de la escena deathcore, Whitechapel. Con un gran marco de público, los norteamericanos dieron un show de cuarenta y cinco minutos, donde exhibieron toda la potencia y técnica que caracteriza a su música, sumado a un vocalista que descarga agresividad por doquier. Entre los diez temas que formaron parte de su repertorio, se destacaron «Possibilities Of An Impossible Existence», «The Darkest Day Of Man», de su aclamado disco «A New Era Of Corruption» (2010), «Possession» y el final con «This Is Exile», de su segundo álbum que lleva el mismo título.
Al regresar al Black Stage, recién había comenzado el show de Motorhead, el cual duró menos de lo previsto, debido a problemas de salud de Lemmy, quien tuvo que ser hospitalizado, lo cual terminó siendo noticia en los periódicos alemanes al día siguiente. «I Know How To Die», «Damage Case», «Stay Clean», «Metropolis», «Over The Top» y «The Chase Is Better Than The Catch» son los temas que la banda pudo llegar a hacer en vivo antes de tener que retirarse.
Entrada la noche, se venía un concierto muy especial en el True Metal Stage. La reina del metal Doro Pesch cumplió este año treinta años de carrera, y teniendo en cuenta que estaba en su tierra natal, y que todos los años participa del Wacken, definitivamente iba a ser un concierto grande y especial. Con un gran despliegue escénico, principalmente en la parte de la iluminación, Doro salió a escena con su banda compuesta por Luca Princiotta y Bas Maas en guitarras, Nick Douglas en bajo y Johnny Dee en batería, haciendo un recorrido por toda su carrera, desde sus comienzos con Warlock hasta su más reciente trabajo como solista. Clásicos como «I Rule The Ruins», «Burning The Witches», «Hellbound» y el himno del Wacken, «We Are The Metalheads», con un montón de fans haciendo headbanging sobre el escenario, fueron de la partida, así como las pegadizas «The Night Of The Warlock» y «Raise Your Fist In The Air», donde la plataforma sobre la que estaba ubicado el baterista comenzó a elevarse dejándolo en las alturas, viéndose sobre dicha plataforma, la ilustración de un puño.
Para hacer aún más inolvidable la celebración, varios invitados hicieron acto de presencia, entre ellos Chris Boltendahl (vocalista de Grave Digger), cantando a dúo «East Meets West», el legendario Biff Byford de Saxon con el clásico de su banda «Denim And Leather», el guitarrista de Uli Jon Roth en la balada «Für Immer», con previa dedicación a la voz del metal, Ronnie James Dio, el vocalista Eric Fish y Frau Schmitt de Subway To Sally en «Metal Tango», Phil Campbell de Motorhead en la versión de «Breaking The Law» de Judas Priest, el vocalista Joakim Bordén de Sabaton y Corvus Corax incluyendo gaitas en «All We Are», el clásico de Warlock, que fue cantado por todos. Una verdadera fiesta en donde la vocalista dio lo mejor de sí, generando interacción con el público, agradeciendo una y otra vez al mismo. Memorable.
Por si lo que había sido visto hasta el momento no era suficiente, la noche aún no terminaba, ya que en el Wacken Party Stage los finlandeses Amorphis iban a dar un show muy especial, que incluía una sección totalmente acústica. Con una pantalla gigante detrás de ellos que mostraba la naturaleza a través de diferentes paisajes solitarios, para generar la ambientación necesaria para el show acústico, los miembros de la banda salieron al escenario acompañados de un saxofonista y una corista, y realizaron íntimas versiones de «Enigma», «I Of Crimson Blood», «Empty Opening», «Rusty Moon» y «Sign From The North Side», esta última siendo la más diferente de todas, teniendo en cuenta que es de su primer disco «The Karelian Isthmus» de 1992, el cual es orientado al doom/death.
Luego de estos cinco temas abandonaron los instrumentos acústicos, y nos deleitaron con material de su más reciente disco «Circle» (2013), así como también los infaltables «Silver Bride», «The Castaway», «House Of Sleep» y la genial «My Kantele» de su disco «Elegy» (1996). No siempre los cambios de vocalistas en las bandas son para bien, pero este no es el caso de Amorphis, ya que el vocalista Tomi Joutsen desde su ingreso en 2006 se ha convertido en una pieza fundamental de la banda, con su presencia e impresionante habilidad de alternar voz gutural y limpia, habiendo contribuido mucho en el crecimiento que ha tenido la agrupación en los últimos años. Claro está que esa noche faltaron más clásicos, pero de cualquier manera fue una brillante performance, pudiendo comprobar en vivo la madurez y el profesionalismo del grupo. De esta manera culminaba la segunda jornada, pero aún faltaba un día más, el cual incluía varios platos fuertes de esta edición del Wacken.
El amanecer del sábado 3 de Agosto se presentó nublado, pero aún así con mucho calor, y mientras los shows no comenzaban, decidí hacer algunas compras en el Metal Market y dar una nueva recorrida por el predio. Allí entre las miles de personas que caminaban de un lado a otro, volví a ver a algún que otro personaje bizarro, incluyendo una chica que caminaba llevando con la correa a su perro, con el detalle de que el perro no era real, sino un muñeco!
Una de las bandas que hace años quería ver en vivo y nunca había tenido oportunidad era Fear Factory, quienes innovaron trayendo todo un nuevo sonido en los años ’90, principalmente con «Demanufacture» (1995), una obra maestra que marcó un antes y un después en la historia del grupo y del género. Durante la última década han cambiado unas cuantas veces de formación, siendo la actual integrada por Matt DeVries (ex Chimaira) en bajo, Mike Heller en batería y los históricos Burton C. Bell en voz y Dino Cazares en guitarra.
Sin nada especial en el escenario más allá de un telón con la portada del último disco «The Industrialist» (2012), los norteamericanos apostaron por un setlist constituido por algunos de los temas más importantes de su carrera, comenzando por «Demanufacture» y finalizando con «Martyr» de su primer disco «Soul Of A New Machine» (1992), pasando por temazos como «Self Bias Resistor», «Shock», «Edgecrusher», «Archetype», «Cyberwaste» y su himno «Replica». Impresionante el trabajo del maestro Cazares en guitarra, mientras que los más nuevos integrantes también cumplieron bien su papel. El que no tuvo una buena tarde fue Burton C. Bell, quien tuvo algunas dificultades en los temas que requieren voces limpias.
Otra de las bandas más interesantes que ofrecía esta vigésimotercera edición del WOA era Lamb Of God, quienes retomaron la actividad luego de un año difícil, principalmente para su vocalista Randy Blythe, quien fue absuelto luego de haber sido arrestado el pasado año por la muerte de Daniel Nosek, un fan que quiso subir al escenario mientras la banda daba un show en República Checa y fue empujado por Blythe, dándose un fuerte golpe en la cabeza, lo que resultó en su fallecimiento semanas después.
Junto a Blythe, los guitarristas Willie Adler y Mark Morton, el bajista John Campbell y el destacado baterista Chris Adler, dieron un show de gran nivel, desplegando toda su energía, con el vocalista moviéndose por todo el escenario y un público que respondía acorde a lo que estaba recibiendo desde el escenario. Comenzaron con «Desolation» y «Ghost Walking», dos temas de su más reciente placa «Resolution» (2012), y luego continuaron con «Walk With Me In Hell», «Set To Fail», «Ruin», donde se desató una lluvia muy fuerte, «Now You’ve Got Something To Die For», «Laid To Rest», «Redneck» y «Black Label».
Cuando ya muchos se habían puesto sus ponchos para la lluvia, esta afortunadamente cesó apenas terminado el show de Lamb Of God, aunque claro está la cantidad de barro en el campo aumentó. Minutos después, el sol apareció y se mantuvo firme, mientras Anthrax preparaba todo para hacernos sacudir la cabeza con todo su poderío thrash, en un escenario que en el fondo tenía un telón con la portada de su último disco «Worship Music» (2011). Con Jon Dette (ex Testament) en batería, quien sustituye temporalmente a Charlie Benante, quien no pudo realizar esta gira por «problemas personales», y con el nuevo guitarrista Jonathan Donais (Shadows Fall), quien reemplaza a Rob Caggiano, la banda igualmente entregó todo sobre el escenario, con el guitarrista Scott Ian y el bajista Frank Bello animando al público constantemente y un Joey Belladonna completamente metido en el show, como en los viejos tiempos.
El inicio fue con tres clásicos de la vieja escuela al hilo: «Among The Living», «Caught In A Mosh» y «N.F.L.», para el delirio de los thrashers presentes. Luego aparecieron imágenes de Ronnie James Dio y Dimebag Darrell a los costados de la batería, y dedicaron a ellos el tema «In The End» de su último álbum. El festín old school continuó con «Deathrider», «Indians», «Got The Time» de Joe Jackson, «I Am The Law», «Madhouse» y «Antisocial» de los franceses Trust, con la que cerraron una de las mejores presentaciones que tuvo el Wacken este año. Pero faltaba mucho más.
Apenas minutos después, en el escenario de al lado era momento de ver a Danzig, el ex vocalista de Misfits, junto a su banda solista compuesta por músicos de gran trayectoria como Tommy Victor (Prong, Ministry) en guitarra, Steve Zing (ex Samhain) en bajo, y Johnny Kelly (ex Type O Negative, Seventh Void) en batería. Esta era otra de las presentaciones que en lo personal me generaba muchas expectativas, y lo mejor de todo es que fueron superadas. La banda salió a devorarse el escenario, primero mediante algo de sus dos últimos trabajos «Circle Of Snakes» (2004) y «Deth Red Sabaoth» (2010), y luego las clásicas «Twist Of Cain», mucho más rápida y pesada que en estudio, «Am I Demon?», «Her Black Wings», «Dirty Black Summer» y «How The Gods Kill», sonando realmente excelente tanto en la parte musical como en la vocal.
En la mitad del show, Danzig introdujo a un invitado especial: Doyle (guitarrista de Misfits), quien salió a escena tal como lo hace cuando toca con su banda, y allí se produjo un momento esperado por muchos durante años que era ver al vocalista nuevamente cantando temas de su vieja banda de horrorpunk. Así pasaron «Death Comes Ripping», «I Turned Into A Martian», «Vampira», «Skulls», «Astro Zombies», «Bullet» y para acompañar en las voces en «Last Caress» apareció Randy Blythe de Lamb of God. Luego de ver semejante espectáculo, aún faltaba uno de los temas más coreados de la carrera solista de Danzig, «Mother», y además hubo lugar para un bis que llegó de la mano de otro inolvidable de Misfits, «Die Die My Darling».
Trivium fueron los siguientes en adueñarse del True Metal Stage brindando un show basado en su material más reciente, y estrenando nuevos temas como «Brave This Storm» y «Strife» que formarán parte de su nuevo trabajo «Vengeance Falls». De cualquier manera, los puntos más altos de su show se produjeron sobre el final cuando tocaron «A Gunshot To The Head Of Trepidation» y «Pull Harder On The Strings Of Your Martyr» de su gran disco «Ascendancy» (2005), que en su momento fue aclamado por algunos y criticado por otros.
Cuando ya faltaban minutos para que anocheciera, era momento de que el maestro del shock rock Alice Cooper dijera presente por segunda vez en la historia del festival, para realizar un show donde lo teatral tiene tanta importancia como la música, de manera que este quede en el recuerdo como él sabe hacer. Su banda actual está integrada por músicos fenomenales como no podía ser de otra manera, Chuck Garris (ex L.A. Guns, ex Dio) en bajo, Ryan Roxie (ex Slash’s Snakepit, ex Electric Angels, ex Gilby Clarke), Tommy Henriksen (ex Warlock) y la increíble Orianthi en guitarras, y Glen Sobel (ex Impelliteri, ex Beautiful Creatures y muchos más) en batería.
Con el escenario adornado con varios elementos de películas de horror, el vocalista de 65 años apareció en escena con su tradicional maquillaje y su voz intacta acompañado de su banda. La apertura fue con «Hello Hooray» y fue el primero de un montón de clásicos para el delirio de los fans más veteranos y los más jóvenes también, incluyendo niños!
«House Of Fire», «No More Mr. Nice Guy», «Under My Wheels» y «I’ll Bite Your Face Off» de su último y muy bien recibido disco «Welcome 2 My Nightmare» (2011) fueron las siguientes, quedando demostrado que el carismático vocalista está lejos de perder vigencia y de quedarse sin energías. En «Billion Dollar Babies» arrojó una cantidad de billetes con su cara, pero lo teatral se profundizaría más tarde a partir de «Feed My Frankenstein», el clásico de 1991, donde Alice fue «electrocutado» en la parte de los solos, convirtiéndose en un gigante deforme que se encargó de terminar de cantar el tema. Luego se escuchó una voz que le preguntó si pensaba resucitar a los muertos, y allí el vocalista volvió a aparecer para hacer covers de grandes músicos fallecidos cuyos nombres aparecían sobre una lápida al fondo del escenario a medida que iban tocando reconocidos temas de cada uno. «Break On Through» de The Doors, «Revolution» de The Beatles, «Foxy Lady» de Jimi Hendrix con un espectacular solo de Orianthi, y «My Generation» de The Who, fueron los clásicos seleccionados para esta especial parte del show ante una multitud eufórica.
Luego llegaron más himnos de la extensa carrera del músico, «I’m Eighteen» y «Poison», y un delirante final llegó de la mano de «School’s Out», a la que le alternó fragmentos de «Another Brick In The Wall» de Pink Floyd, mientras varios globos gigantes y una lluvia de papel picado caía sobre la multitud al mismo tiempo que unos cuantos hacían crowd surfing en distintos sectores. Realmente es magnífica la experiencia de ver un show del legendario vocalista!
Parecía mentira que después de haber visto semejante espectáculo, aún faltaba más por ver en apenas quince minutos en el escenario contiguo. Hacía allí me trasladé ya que Nightwish junto a Floor Jansen (ex After Forever) en voces estaba por comenzar su show, el cual iba a ser muy especial, ya que como anunciara un presentador que subió al escenario, iba a ser grabado para un DVD próximo a editarse.
La apertura fue con «Dark Chest Of Wonders» seguida de «Wish I Had An Angel», dos de los mejores temas que aparecen en «Once», su exitoso disco de 2004. Para aquellos que conocimos a los finlandeses cuando recién daban sus primeros pasos con su primer disco «Angels Fall First», allá por fines de los años ’90 cuando el metal sinfónico aún era una novedad, es difícil olvidar a la por entonces muy joven Tarja Turunen con su increíble voz. Más allá de que mucha agua pasó bajo el puente y la banda está en otra etapa hoy en día, Jansen que bien es sabido también posee un gran registro, se acopla perfectamente y les devuelve esa identidad en lo vocal que había sido perdida con la inclusión de Anette Olzon, lo cual resultó en su despido en 2012 tras cinco años de grabaciones y giras.
Mientras en la pantalla ubicada al fondo del escenario varias imágenes se iban alternando, varias joyas de todas las épocas se iban sucediendo, entre ellas «She Is My Sin», «Nemo», «Ever Dream», «Bless The Child», «Ghost Love Score», «Storytime» y «Amaranth», estas dos últimas de la etapa junto a Olzon. «Song Of Myself» y «Last Ride Of The Day» de su último trabajo hasta la fecha «Imaginaerum», fueron las elegidas para cerrar una noche que sin dudas será recordada por los presentes.
Pasada la medianoche y con un gran juego de luces, Meshuggah hizo acto de presencia en el Party Stage, para aquellos que gustan de la técnica y el estilo particular de estos suecos, hoy en día conocido como Djent, luego de que unas cuantas bandas comenzaron a aplicar este mismo sonido. De todos los conciertos que presencié en este festival, este fue el que más gente vi haciendo headbanging al ritmo de las filosas guitarras de Fredrik Thordendal y Marten Hagström, principalmente durante temas como «Combustion», «Bleed», «Rational Gaze» y la impresionante «New Millennium Cyanide Christ». Es impresionante la muralla de sonido que construyen y la precisión con la que tocan estos tipos, tan así que lograron atrapar la atención de todos durante los sesenta minutos de show, dejándonos más que satisfechos y seguros de que no olvidaremos esta edición del festival.
Como todo en la vida, esto también tenía un final, por lo que luego de cuatro días de ver bandas, era tiempo de descansar para despertarse al otro día y preparar el equipaje para abandonar el campo, con la satisfacción de haber podido cumplir un sueño de años, sabiendo que fue a raíz de mucho trabajo, esfuerzo y dedicación… y no hay mejor sensación que esa.